Fotografía de bodegón
El bodegón es un género artístico pictórico que nació mucho antes de que se inventara la fotografía.
La primera composición considerada un bodegón fue una obra del pintor Caravaggio del año 1596. Este cuadro deja entrever la importancia que el género del bodegón tendrá en la pintura barroca de toda Europa.
A día de hoy, a la pintura se ha unido la fotografía. En esencia, la idea de captar la imagen de algo inerte pero que conserva intacta su belleza, sigue resultando atrayente y apetitosa.

Las técnicas que se usan para fotografiar bodegones siguen premisas muy similares a las técnicas pictóricas en cuanto a la distribución de los alimentos que forman la composición, la iluminación y su fondo.
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Consejos e ideas que debemos tener en cuenta en la fotografía de bodegones
Ya está claro que un bodegón es, igual en pintura como en fotografía, una composición de diversos objetos inertes, entre los cuales a menudo suelen representarse frutas y verduras colocadas en cestas, fruteras o jarrones. Pero también forman parte de un bodegón otros objetos como libros, utensilios de cocina o enseres caseros fabricados por la mano humana, que se suman a los otros que asociamos a la idea de algo más natural, dándole a todo el conjunto, un cierto sentido.

Pongámonos en situación. Al fotografiar un bodegón, lo primero que debemos tener claro es qué tipo de objetos vamos a incluir.
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Para que el resultado final sea óptimo también debes decidir y escoger con cuidado qué objetos, sean o no alimentos, serán los más adecuados y atractivos.
En este sentido, podemos buscar inspiración en los bodegones más famosos del mundo de la pintura y a partir de ahí, crear nuestra propia combinación.

Cada fotografía de bodegón explica una historia y por lo tanto, debemos pensar muy bien que queremos transmitir.
La iluminación
Más allá de los objetos que escojamos para la composición del bodegón de nuestra fotografía, decidir la luz y el cromatismo resulta algo esencial y sobre lo cual debemos tener control completo, especialmente si la luz escogida es natural y puede cambiar de un segundo al siguiente. La luz artificial se trabaja más fácilmente puesto que es estable y aporta un valor indispensable para un buen resultado final: tiempo.
En cuanto a la luz natural, dependiendo de la hora que escojamos para hacer la fotografía del bodegón, si meridiana habrá que suavizarla mitigándola con una cortina u otra tela de color neutro que filtre la luz y amortigüe las sombras.

El ángulo de iluminación también es algo fundamental. No es lo mismo una luz frontal, que forma imágenes planas, que un contraluz, una luz semilateral o un contrapicado. En cada ocasión el resultado final variará de forma sustancial, por lo que debes tenerlo muy en cuenta.
Composición de la imagen
Toda imagen que se crea tiene una intencionalidad y despierta sentimientos cercanos al corazón. Por esa razón, la disposición de lo que vamos a fotografiar es muy importante, pero también lo son los elementos que le dan sentido.

En todo caso, sea cuáles sean los objetos que compondrán el bodegón que fotografiemos, es fundamental que tengamos en cuenta que el conjunto debe guardar equilibrio y cuidar mucho el peso visual de cada objeto, el poder de atracción que tienen y si alguno de ellos predomina por encima de los otros. En esto influye la percepción subjetiva del espectador.
Las imágenes muy iluminadas en las que predominan los tonos claros y brillantes, se asocian con la positividad, la alegría, la claridad y el sol. Al contrario, los ambientes más sombríos y oscuros en la fotografía de bodegón aportan sentimientos de recogimiento e incluso de misterio cuanto más tenue sea la luz.
El objeto u objetos a representar
Son los protagonistas del trabajo y la razón para llevarlo a cabo.
Más allá de los objetos concretos, la disposición de las composiciones es algo de suma importancia. También todo lo inmaterial que las acompaña, tales como la combinación de colores y el foco de la visión del espectador.

En cuanto a la fotografía de bodegón, cualquier elemento natural o artificial servirá para crear una composición atractiva. La combinación de objetos con distintas tonalidades, texturas y materiales suele ser muy enriquecedora y aporta resultados finales sorprendentes.
El fondo
Es el elemento que redondea la idea de la fotografía. De acuerdo a los objetos que forman tu bodegón y lo que deseemos transmitir, podemos utilizar un fondo acorde, ya sea una tela que combine bien, un fondo oscuro, una pared blanca, cualquier estructura que haga resaltar la composición y no desmerezca el conjunto.
Tengamos en cuenta que una parte de la iluminación se la llevará el fondo y será este quien rebote la luz aportando el sentimiento o la idea que deseas que el espectador experimente.

La fotografía de bodegón es una disciplina agradecida puesto que puede plantearse con calma y permite trabajarla sin prisa, experimentando y aprendiendo a partes iguales.
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