La tasa de conversión de un eCommerce no es más que el porcentaje de usuarios que han realizado la acción que deseamos (si se trata de un eCommerce, habitualmente la acción deseada es que compren los artículos de la web). La ratio de transacciones por sesión se expresa en porcentaje. Por ejemplo, si 1 de cada 10 personas realiza la transacción deseada, tendremos una conversión del 10 %.
El valor arquetípico de la tasa de conversión es el número de usuarios que decide comprar un artículo en nuestra web. Pero evidentemente no todos los sectores tienen la misma tasa de conversión, ni todos los países (en España siempre hemos estado a la cola de la compra por Internet), ni es igual en todos los dispositivos (la tasa de conversión es mayor en ordenadores convencionales, y menor en los móviles). En líneas generales, se puede decir que en 2020 la tasa de conversión del eCommerce a nivel global ha estado algo por encima del 4% (es decir, de cada 100 personas que visitan una web, 4 adquieren sus productos).
A modo de ejemplo, os mostramos la tasa de conversión de Google Shooping (podéis visitar muchos más datos de interés a través del siguiente enlace.) Los productos de menor coste tienen aquí una mayor tasa de conversión.
En su estudio de 2020 sobre la conversión en negocios digitales españoles, FLAT 101 nos presenta distintas gráficas de las que extraemos mucha información (sin perder de vista que 2020 habrá sido sin duda un año sin parangón para el eCommerce). Así pues, analizando la tasa de conversión por actividades, tendríamos la siguiente información:
Hay muchas empresas de marketing digital que te pueden ayudar a aumentar tu tasa de conversión, ¡no estás solo en esto! Pensar en la tasa de conversión de un eCommerce es equiparable a montar una empresa. Tienes que hacerte muchas preguntas iniciales y no perderlas de vista:
- saber qué vendes
- estar muy informado sobre tu competencia
- pensar a quién va dirigido
- analizar por qué te van a comprar ese artículo a ti (y no a la competencia)
- trabajar tu landing page
- facilitar el proceso de compra
- reducir opciones que distraigan al comprador
- ofrecer información de contacto, apartado de preguntas frecuentes…
- ofrecer posibilidad de devolución/garantía
- mostrar tus productos de manera fiel y en alta calidad
Aunque en los últimos tiempos los Marketplaces están ganando mucho terreno, no tenemos que descuidar ni dejar de trabajar los eCommerce de las marcas. Precisamente estas deberían ofrecer un punto diferenciador que motive al consumidor a adquirir los productos a través del fabricante: saber que la información, las fotografías, los descuentos, la atención al cliente… son superiores a los de un marketplace. Citando a Jeff Eisenberg:
«Es más fácil doblar tu negocio doblando tu tasa de conversión que doblando tu tráfico».